Aprendizaje por error

"El error del pasado es la sabiduría del futuro" Dale Turner.
Hoy en día el error es entendido como un fracaso, una frustración. Nos enfocamos en hacer siempre todo perfecto sin cometer ningún fallo y encaminamos a nuestros hijos a seguir los mismos pasos dando lugar a valorar más el producto y no el proceso.
Sin embargo, ¿qué sucedería si nos centráramos más en el trayecto? ¿Y si el verdadero aprendizaje no consiste en conseguir sino en construir?
Analicemos a lo largo de nuestra educación qué es lo que ha significado más en nuestra vida ¿saber realizar una ecuación de segundo grado o la persona que nos enseñó la forma de despejar la x? ¿Hacer un análisis morfosintáctico o las cosas que nos inventábamos para poder nombrar una palabra y la función que tenía en una frase? ¿Recuerdas la tabla periódica que tenías que saber de memoria y te imaginabas una serie de juegos para recordar los nombres de esos elementos que algunos de ellos sonaban a ruso?
En lugar de disfrutar con las múltiples formas e ideas que creabas para aprender todo esto, estabas pensando en sacar una buena calificación. ¿Y si empezamos a hacer que nuestros niños disfruten de este mundo de conocimiento sin martirizarse por sacar un 5 o un 10 en un papel?
El error como oportunidad
Cuando nos equivocamos sentimos que fallamos, cuando nuestros hijos se equivocan les hacemos sentir lo mismo. Por qué no les permitimos caer para brindarles la oportunidad de aprender.
Nicola Tesla y la corriente alterna, Alexander Fleming y la penicilina, Wilson Greatbach y el marcapasos, Conrad Röntgen y los rayos X... Si a todos ellos les hubiesen dicho que son unos fracasados por equivocarse no habrían descubierto estos inventos que tan relevantes resultan para la sociedad.
Comencemos a disfrutar de la ventaja de equivocarnos, de permitir que nuestros alumnos se equivoquen y aprendan de sus errores para que de una ve empiecen a formar ellos su propio aprendizaje.
¿Cuántas veces no hemos hecho cosas por miedo a tropezar y caer? ¿Cuántas cosas nos hemos perdido por preferir no meter la pata?
Es importante tomar el error como un maestro y no como un enemigo. La equivocación es uno de nuestros mejores aliados en el proceso de enseñar y aprender, ellos como alumnos nosotros como maestros.
Desde aquí les invito a todos a perder el miedo y empezar a equivocarnos, equivocarnos disfrutando y observando el equívoco.
En algunas ocasiones volvemos hasta a cometer los mismos fallos, esto sucede porque debemos adquirir un aprendizaje que anteriormente no hemos obtenido. La vida es tan generosa que nos vuelve a ofrecer la misma situación para conseguir esta enseñanza. En el aula sucede de la misma manera, esa suma incorrecta o ese problema con números infinitos. ¿Qué estamos haciendo una y otra vez que nos está demostrando que no es el camino correcto?
Y es que "El triunfo del verdadero hombre surge de las cenizas del error" Pablo Neruda.
Así que piensa, me equivoco ¿y qué?